lunes, 3 de noviembre de 2014









Cada vez más las bodegas se empecinan en ofrecernos su paisaje agiornado al buen vivir. Es así que construyen pequeños paraísos donde la alta gastronomía es un deber cotidiano. Esto se transforma en una parada obligada obligada de los amantes del buen vivir, buen beber y buen comer.
 Durante los últimos años, en la ruta del vino mendocina creció y se consolidó la oferta de restaurantes de bodega, algunos sumaron más seriamente el negocio gastronómico al métier principal del vino y compiten por tener a los mejores chefs del momento del país y por qué no importados.
Entre los que recomiendo por su maravillosa y exquisita gastronomía es

SIETE FUEGOS

Siete Fuegos tiene  el sello inconfundible del maestro de la gastronomía Argentina, Francis Mallman, en este resort de lujo para comenzales muy exigentes, Mallmann y su carta son la atracción principal, ya que
 aprovisionó al restaurante de sus siete métodos de cocción preferidos: chapa, parrilla, infiernillo, horno de barro, rescoldo, asador y caldero, además de un pozo para hacer curanto.
Hay además una colección de elementos y técnicas que tomó de los gauchos y que son la excusa para aprender y conocer un poco más de la pasión de nuestro cocinero.
Está en pleno funcionamiento desde octubre de 2013, con capacidad para 120 cubiertos en un sofisticado salón con cocina a la vista y a los viñedos que son un arte en sí mismos.

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